

Historia del Palacio de Lebrija
La historia del Palacio de Lebrija se remonta al siglo XV, cuando comenzó a construirse como una casa señorial. En principio pertenecía a la familia Paiba, pasando posteriormente a ser propiedad de los condes de Corbos, y después a los condes de Miraflores. En 1901 fue adquirido por Regla Manjón Mergelina, Condesa de Lebrija, quien restauró este palacio y lo convirtió en lo que es hoy.
Apasionada de la arquitectura, esta dama restauró el edificio e incluyó auténticos tesoros históricos como elementos decorativos. Destacan, entre ellos, los hallazgos de la antigua ciudad romana de Itálica, que aparecieron en una finca de olivos de su propiedad.


Qué ver en el Palacio de Lebrija
Un ejemplo es el mosaico romano del patio central, que data de los siglos II y III. Su medallón central representa al Dios Pan con su flauta, dedicando cantos a Galatea. Ocho medallones más del mosaico nos muestran aventuras amorosas de Zeus, mientras que en las esquinas vemos representadas las estaciones del año. Fue trasladado pieza a pieza, y es considerado como uno de los mejores mosaicos encontrados de Itálica.
Las otras zonas del Palacio de Lebrija también albergan importantes tesoros arqueológicos. En sus diferentes estancias podemos encontrar estatuas romanas, persas y griegas, piezas de cerámica etrusca, joyas de distintas épocas, vajillas de varias procedencias, etc. También obras pictóricas, entre las que hay que resaltar trabajos de Van Dyck, de Bruegel el viejo, Sorolla y de la Escuela de Murillo.
El Palacio de Lebrija tiene una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados, y fue construido diferenciando dos partes: la vivienda de invierno, en la planta alta, y la de verano, en la planta baja. En la planta superior encontramos los aposentos de la Condesa y sus pertenencias. También acoge algunos salones, el comedor, el oratorio, la capilla y una amplia biblioteca con más de 4.000 volúmenes. Todo ello decorado con auténticas obras de arte como esculturas, tapices y cuadros.


La planta baja del Palacio de Lebrija, alberga una gran colección de mosaicos romanos que pavimentan prácticamente toda la planta (más de 580 metros). Por ello es considerada la casa señorial mejor pavimentada de Europa. Destaca la azulejería de la casa del siglo XVI, así como la majestuosa escalera de tres tramos que une ambas plantas.
Datos de interés para visitar el Palacio de Lebrija
En 1999 los descendientes de la condesa y sus propietarios actuales decidieron abrir la casa al público a modo de museo. Hoy en día se puede visitar la planta baja libremente, y la parte superior con guía. Además, alquila sus salones y patio para distintos eventos como cenas, conferencias, conciertos, presentaciones, etc.
Dirección: C/ Cuna, 8
Horario: lunes a viernes de 10:30 a 13:00 h y de 16:30 a 17:00 h en invierno. De 17:00 a 19:30 h en verano.
Precio: planta baja, 4€. Ambas plantas, 7€.
Fuente Imagen 1 por TetOff
Fuente Imagen 2 por damiandude
Fuente Imagen 3 por Son of Groucho
Amigos, la primera foto de este artículo perteneciente al palacio de Lebrija, corresponde en realidad al edificio conocido como «Ciudad de Londres», del arquitecto Espiau, también sito en la calle Cuna. Un saludo.